Elena Viera Cubas | Gourmet & Servicios Profesionales

Uva criolla. La estrella del momento en el mundo de los vinos

En los últimos años, entre los nombres de cepas francesas que abundan en las cartas de vinos más prestigiosas del país –Malbec, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Chardonnay, por solo mencionar algunas- empezó a asomar tímidamente una variedad en apariencia mucho menos pretenciosa: la Criolla Chica o Criolla, a secas.

Conocida originalmente como Listán Prieto, la Criolla Chica es una cepa histórica que hermana a los distintos países productores del continente americano: es la mismísima Uva País de Chile, la Negra Mollar del Perú y la Mission californiana.

El origen de esta variedad se sitúa en el archipiélago de Canarias, y fue una de las primeras uvas en llegar a estas latitudes a comienzos del siglo XVI. Con el correr del tiempo, en Argentina comenzaron a aparecer entrecruzamientos y mutaciones genéticas que derivaron en variedades nuevas. La Criolla tiene todo lo que es tendencia en los vinos actuales a nivel internacional, es una especie de Pinot Noir americana. A excepción del aroma muy marcado a frutos rojos que caracteriza al Pinot, ambas son bastante parecidas: son de color claro, tienen cuerpo liviano, son fluidas y bien vinificadas tienen muy buena tensión y textura. Además, son sumamente versátiles: van bien como aperitivo o combinando un amplio abanico de comidas.

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